domingo, 7 de abril de 2013

Show me the Way ( feat. Peter Frampton )

    Show me the way ( feat. Peter Frampton )

    Tenía 35 años y le habría gustado ser Hippie.

    Sus padres habían disfrutado en tiempo real de aquella infatigable tendencia social y el espíritu colorido del movimiento "Flower Power" le invadía a cada instante.
    Con definido estilo "retro", jeans de pitillo rojo, "all star" negras, calzoncillos "fardawer",camisetas de los más variopintos colores y por supuesto, cazadora vaquera entallada y nunca cerrada, de diferente textura y color según la indumentaria elegida, definían su condición espiritual con gran exactitud.  
    
    Su modo de vestir y actuar, acompañados por esa interesante mirada centraban todas las atenciones ajenas ( casi siempre femeninas ) en el azul de sus ojos. Su cabello era negro como el azabache y brillaba naturalmente gracias a todos los potingues que utilizaba en sus ratos de ducha; ondulado cuando crecía, resultaba bastante voluminoso tras un mes sin pasar por la peluquería de Maxi, un simpático vecino gay del barrio, italiano y encantado de recibir las periódicas visitas de su agente secreto favorito.

     Su bigote, perfectamente perfilado, hacía de preludio a una dentadura perfecta.Sus dientes, impecables y ultrablanqueados, causaba sensación cada una de las veces que Donny decidía mostrar su estudiado gesto, acompañado eso sí, de una subida de ceja hacia el mismo lado en que se elevaba la elegida comisura. Podía hacerlo para ambos lados y aún así, no evitaría el seguir practicando frente al espejo, un escaparate limpio, un retrovisor, o cualquier superficie que tuviera capacidad de reflejarlo puntualmente. Sabía que era agente de la ley pero también sabía que podría haber sido estrella de Hollywood.

      A Donny le invadían sus recuerdos. Aquellos momentos de caravana familiar compartida, la imagen de su padre con la guitarra y siempre acompañado por la bella y dulce voz de su madre, el momento de irse a dormir a su compartimento de viaje, reconfortado por el recuerdo en forma de olor de aquella característica planta aromática fumable que compartían sus padres justo antes de dejar al pequeño Donny caer en el tierno, profundo y placentero sueño de cada noche. Lo recordaba todo y no tenía intención alguna de dejar aquellos momentos aparcados en el olvido.

     Poco a poco y debido naturalmente a las inquietudes adolescentes del ya no tan pequeño Donny, aquellos tiempos quedaban presentes como reminiscencias de un pasado sin preocupaciones y sin posibilidad de repetición. El tiempo y el destino lo habían convertido en agente de la ley tras el brutal asesinato de su tío Matt, hermano de su madre, hippie y vendedor de coches de segunda mano para la conocida firma californiana Ford FARLANE. 

     Donny, adoraba a su tío Matt. Este conseguía captar su admiración y atención de manera sublime y natural allí donde estuvieran. A tío Matt le encantaban las mujeres guapas, el surfing, su casa de la playa, las barbacoas improvisadas y las hogueras, los conciertos, la cerveza y la marihuana, la música y sobre todo...el cálido sol de California. Era su ejemplo de convivencia pacífica, amable y con amor por la vida, pero hacía ya casi cuatro años que ya no estaba entre ellos. Había sido un hallazgo trágico para familiares y amigos, pero sobre todo para su hermana, la  madre de Donny quien tras el suceso nunca más volvió a ser la misma bella y dulce mujer.

     El año de la muerte de tío Matt, él decidió su futuro. Iba a ser agente del cuerpo de criminología de la ciudad de Los Ángeles. Y tras tres años de duro concienciamiento y trabajo apoyado por la imagen de su querido y difunto tío, lo había conseguido. Hacía ya un año que había comenzado como novato, acompañado por el ya veterano en el cuerpo agente Steven Rodrigues, su particular trayecto profesional caracterizado por falta de descanso, muchos cafés y muchos Donnuts.

    El caso de tío Matt no había sido resuelto en su día y Donny continuaba pensando en él. Había recopilado ya muchos archivos, pruebas y demás referentes al caso irresoluto de su tío gracias a uno de los colegas de trabajo más veteranos y amigo personal de su compañero Rodriges. El asesinato de tío Matt seguía siendo una incógnita que martillaba su cabeza a cada instante, y aún más reforzada por las periódicas visitas de Donny a la casa de la playa del difunto donde residía el espíritu de aquel amado personaje familiar que ya no les acompañaría nunca jamás, desafortunadamente.

     La casa de Matt era diferente. En primera línea de mar y hacia el final de Sunset Beach, se diferenciaba de las demás propiedades por las dos palmeras de la entrada, que recibían por parte de su tío el nombre de " las palmeras enamoradas" ya que en cierto punto de su crecimiento, se les había dado por encontrarse en el camino y cruzar naturalmente la longitud de sus troncos. Tío Matt era un poeta. A la derecha de "las enamoradas" y precedido por un jardín de juegos con césped y flores se podían encontrar todo tipo de herramientas y artilugios de propensión a la diversión comenzando este recuento con la mención de un mini half pipe y tres o cuatro skates que obligatoriamente debían ser probados una vez cruzado el umbral de la colorida propiedad. Había dos bicicletas, palos de golf y bolas dispersas, una pequeña cama elástica, una canasta de basket a media altura que permitía lucir "mates" a cualquier discreto en altura. También había un saco viejo de boxeo, un par de máquinas de gimnasio, pesas, raquetas de badminton, dardos y diana, y una zona destinada a barbacoas, con parrilla, un toldo a rayas de colores para dar sombra y unos confortables sofás con base de tablones partidos y en deshuso que en algún momento habrían servido para bajar alguna que otra ola. Sobre los sofás recordaba la figura de los dos fieles guardianes en posición más que relajada y que no estaban dispuestos a abandonar la zona hasta que no fuese estrictamente necesarios. Aquellos perros, definitivamente, vivían mejor que muchos humanos.

     A la entrada de la casa había un pequeño porche elevado con dos hamacas, una mesa baja y unos cuantos cómodos taburetes de mimbre. Aquel era el lugar preferido de Matt. Desayunos interminables casi siempre con compañía, amorosa o familiar daba igual, al final era buena compañía. Tardes hasta más allá de la puesta de sol al son de su guitarra o escuchando, en un improvisado preludio de siesta,  algún disco de Jannis o de Peter Frampton y siempre tumbado en aquellos comodísimos " koys " que se había traído de uno de sus viajes a Sudamérica.

     La entrada a la casa era espectacular. La puerta en forma de arco se autodefinía como tal sólo con observar los rosales que quedaban a ambos lados de ésta. Era muy amplia y acceso directo a un considerable escenario de vida que desde lo alto, separaba la zona inferior por una balaustrada de madera fácilmente saltable y que terminaba en una pequeña escalera de dos tramos. Desde lo alto se divisaban tres partes bien diferenciadas y sin división alguna, convivían en perfecta y cálida armonía. Por un lado, y a la izquierda, la cocina con mesa alta en medio y con altos taburetes, cómodos para una rápida pero efectiva alimentación puntual y a los que realmente Matt no les había dado mucho uso. En la esquina una gran nevera todavía llena de notas pegadas con pequeños imanes en forma de flor. Le habían quedado algunas cosas pendientes. El rincón más alejado de la entrada, y a la derecha, justo en frente de la bajada a la planta inferior, quedaba dispuesto como obligado lugar de lectura perfectamente acondicionado para su diario disfrute. Con un potente tocadiscos todavía  de vinilos y de gran valor sentimental, este espacio quedaba completado por un confortable sillón individual recostado y acompañado éste, a sólo un par de palmos, por el soporte en el que se encontraba su querida Fender. Aquella guitarra era la joya de la corona.

   En la pared de la derecha, y justo en el centro de ésta, hacía eficiente mella una bonita chimenea rústica con un par de maderos a medio quemar que Donny había usado para sorprender a otra víctima de su amor por el sexo débil. Sólo él le seguía dando uso a aquel jardín de sus más reconfortantes recuerdos y seguiría haciéndolo.
    Justo en el centro, lucía una combinación de sofás en forma de L,  con suficiente espacio y cojines para estar cuatro personas cómodas y bien estiradas. Un viejo televisor en blanco y negro y entre èste y el sofá, una mesa llena de revistas, periódicos, crucigramas y notas de tío Matt. Donny quería mantener aquel lugar con la esencia de su tío hasta dar con su fugado asesino.

    Aquel día, y como muchos otros, el sobrino rendiría homenaje a su tío. Ya había terminado de trabajar y el fin de semana se lo merecía libre. Dos casos resueltos y muchas horas sin dormir eran su recompensa. Abrió la majestuosa puerta y aquel familiar e indescriptible olor acompañado por aroma a rosas, inundó una vez más sus pituitarias. Miró que todo estuviese en orden y dió de comer a los perros. Acto seguido, abrió la nevera y décimas de segundo después, ya era realidad. El primer trago de aquella cerveza sería indiscutiblemente irrepetible. Era libre. Por sólo dos días y medio, pero era libre.

      Cerveza en mano pensaba en la imagen de su tío. Habían hecho un trato divino en algún momento después de su muerte. Para Donny era real y aunque desde el más allá podía sentir la presencia del amor que había recibido gratuita e incondicionalmente durante tantos y tan importantes años. Hasta que se fue para siempre.

      Donny se acercó al tocadiscos una noche más y sacó el single en vinilo de su funda. Aquella cancón era favorita para tío Matt y así se comunicaría con él. Colocó el disco, puso la aguja en el borde exterior y subió el volumen. Miró al techo, brindó con su tío en la etérea distancia y le mandó un beso. Apoyó la ya terminada cerveza en el suelo, cruzó las piernas y con un suspiro de satisfacción y cerrando los ojos dijo entre dientes:

  - Allá donde estés, enséñame el camino...

     Y con desahogado placer, dejó que aquella irrepetible melodía envolviese el cálido entorno y sus más especiales recuerdos como si el tiempo no hubiese pasado por ellos.

http://www.youtube.com/watch?v=ucmkwj3Bn_I

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